Para mi dulce Angel
A ti mi dulce ángel, te escribo sin límites... dejemos que florezcan las estrellas e iluminen nuestro camino de dicha y felicidad.
Ángel mío... aun sigo soñando y esperando el día de nuestro encuentro... ya que necesito una caricia de tus manos, y un beso de tus labios suave y lento...
Mientras espero, seguiré suspirándote en el silencio de mi esencia, seguiré dibujando tu silueta con mis dedos trazando el aire... espero se cumplan tus ganas y las mías en un abrazo tan dulce, y tan apretado que lo triste y lo temido habrán desaparecido para dar paso a la mayor felicidad de nuestra vida... por ahora te invito a entrar en mis sueños, toma mi mano seamos felices. Volemos juntos por las nubes, vivamos lo que nunca hemos vivido, disfrutemos juntos el resto de nuestros días, unamos en nuestras próximas vidas, te invito a escuchar a Silvio juntos en una cabaña, junto a una chimenea o mejor en un Jacuzzi bebiendo un buen vino, fumando de esos que dan risas, dejame besar tu sombra, dejame acariciar tu piel, dejame besarte lenta y suavemente.
Y así juntos, desobedezcamos a los pecados terrenales, juntemos nuestros cuerpos hasta fundirse en uno solo,
Recuéstate, amor de mi alma, sobre el verde prado y déjame acariciar tu piel como el trigo que es acariciado por el viento fresco de verano.
21-08-06
Ángel mío... aun sigo soñando y esperando el día de nuestro encuentro... ya que necesito una caricia de tus manos, y un beso de tus labios suave y lento...
Mientras espero, seguiré suspirándote en el silencio de mi esencia, seguiré dibujando tu silueta con mis dedos trazando el aire... espero se cumplan tus ganas y las mías en un abrazo tan dulce, y tan apretado que lo triste y lo temido habrán desaparecido para dar paso a la mayor felicidad de nuestra vida... por ahora te invito a entrar en mis sueños, toma mi mano seamos felices. Volemos juntos por las nubes, vivamos lo que nunca hemos vivido, disfrutemos juntos el resto de nuestros días, unamos en nuestras próximas vidas, te invito a escuchar a Silvio juntos en una cabaña, junto a una chimenea o mejor en un Jacuzzi bebiendo un buen vino, fumando de esos que dan risas, dejame besar tu sombra, dejame acariciar tu piel, dejame besarte lenta y suavemente.
Y así juntos, desobedezcamos a los pecados terrenales, juntemos nuestros cuerpos hasta fundirse en uno solo,
Recuéstate, amor de mi alma, sobre el verde prado y déjame acariciar tu piel como el trigo que es acariciado por el viento fresco de verano.
21-08-06
Rodrigo Andrés
Escrito por: Rodrigo Andrés @ 6:41 p. m.
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